Petróleo&Minería

YPFB Chaco cierra operaciones en pozos Itacaray y Vuelta Grande

Según información extraoficial obtenida por Erbol, los pozos de gas y petróleo conocidos como Itacaray y Vuelta Grande han experimentado resultados desfavorables en sus intentos de encontrar recursos energéticos.

El pozo Itacaray-X1, ubicado en el municipio de Muyupampa en Chuquisaca, contó con una inversión de $us 48 millones y alcanzó una profundidad de 6.650 metros. Sin embargo, durante el proceso de perforación, la maquinaria quedó atrapada y, a pesar de los esfuerzos realizados para realizar una desviación SATRACK, no se logró el éxito esperado.

En respuesta a estos resultados desalentadores, YPFB Chaco S.A., subsidiaria de YPFB Corporación, ha decidido cerrar las operaciones en estos pozos. Estos proyectos formaban parte del plan quinquenal de YPFB, el cual incluía la perforación de los mencionados pozos, así como los pozos Incahuasi X3 y Saucemayu.

El pozo Vuelta Grande también ha experimentado un fracaso en su perforación, alcanzando una profundidad de 4.400 metros. Este proyecto fue liderado por la empresa boliviana Chaco, perteneciente a la corporación YPFB.

Aunque el analista Fernando Rodríguez había expresado previamente que existía la posibilidad de recuperar la herramienta de perforación atrapada en el pozo Itacaray y continuar con la exploración en busca de gas y líquidos, finalmente esta opción no resultó viable.

Cabe resaltar la importancia de la formación Huamanpampa, encontrada a una profundidad de 2.000 a 3.000 metros, como un factor clave para el éxito en la búsqueda de recursos energéticos en la zona. Sin embargo, Rodríguez advirtió sobre la complejidad geológica del subandino sur, donde se encuentra Chuquisaca, lo cual plantea desafíos significativos en la exploración de gas en esta área.

El analista también ha realizado un pronóstico preocupante, advirtiendo que si Bolivia no logra encontrar nuevas reservas de hidrocarburos en los próximos cinco o seis años, el país podría convertirse en un importador neto de combustibles. Actualmente, Bolivia ya importa gasolina por un valor anual de aproximadamente Bs 4.500 millones de dólares.

Raúl Velázquez, analista de la fundación Jubileo, comentó sobre la situación, destacando que este escenario forma parte de la industria hidrocarburífera a nivel mundial. Resaltó la importancia de contar con un mayor número de proyectos en curso para satisfacer las necesidades energéticas del país. Además, subrayó la necesidad de una nueva política energética e hidrocarburífera a largo plazo para superar la compleja situación en el corto y mediano plazo.

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