Por su mala ubicación y planificación, 8 plantas estatales operan con dificultad
Al menos ocho plantas industriales estatales tienen dificultades para operar y aminorar costos, debido a su ubicación poco estratégica y la mala planificación en su construcción. Hay deficiencias en accesos carreteros y hasta en provisión de energía.
“En el caso de Envibol (Envases de Vidrio en Bolivia), su mismo análisis de debilidades advierte que hay altos costos en la producción porque la planta no cuenta con suministros básicos como la red de gas, se provee con cisternas, y hay deficiencia en el abastecimiento de materia prima por la distancia”, señaló el diputado Pablo Arizaga, de Comunidad Ciudadana.
Problemas similares tienen otras siete empresas y afectan en diferentes niveles a su producción. La Planta Industrializadora de Úrea y Amoniaco de Bulo Bulo se encuentra muy lejos de las vías de exportación, lo que sube sus costos; igual que la Empresa de Cemento de Bolivia (Ecebol) que hasta después de entrar en funcionamiento no tenía accesos.
Otras como el Ingenio Azucarero San Buenaventura (Easba) o la recientemente inaugurada Planta Procesadora de Stevia están instaladas en regiones donde no hay suficiente materia prima, lo que sube los costos de abastecimiento. Por este mismo problema la Planta de Coca de Villa Tunari (Ebococa) y la Planta Procesadora de Cítricos en Bermejo quedaron abandonadas porque no lograron entrar en funcionamiento.
Un caso muy especial es la Siderúrgica del Mutún para la que se estiman problemas de costo por la falta de acceso carretero. Algo que la hace poco competitiva.
Los datos empleados para esta publicación fueron extraídos de los informes de la Oficina Técnica para el Fortalecimiento de la Empresa Pública (OFEP), rendiciones de cuentas del Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas (Sedem) e información pública.
Sin gas ni materia prima
Envibol fue creada con el Decreto Supremo 2329 del 15 de abril de 2015. Su principal actividad es la fabricación y comercialización de envases de vidrio.
Según datos del Sedem, el 2022 tuvo una producción de 17.426 toneladas. Sus ventas llegaron a 92,9 millones de bolivianos, la cifra más alta desde su puesta en marcha en 2018. Sin embargo, su presupuesto ejecutado fue de 101,1 millones de bolivianos, alrededor de 10 millones más que sus ingresos.
“Uno de los problemas es el alto costo de producción por su ubicación y la falta de condiciones. El Gobierno se jacta de decir que la materia prima es de Zudáñez, pero la materia prima incluso la traen desde Cochabamba por casi seis millones de bolivianos”, dijo Arizaga.
Dicha planta fue instalada en la localidad de Zudáñez, en el interior de Chuquisaca, una región lejana de los centros industriales. Una de las observaciones hechas desde el anuncio de su creación es que el sitio es poco apropiado y con escasas vías de comunicación.
Por esto mismo es que hasta ahora no cuenta con una conexión de Gas Natural, algo que bajaría mucho los costos. La planta funciona con GLP, insumo provisto por camiones.
Para montar esta planta se usó un préstamo de 396.5 millones de bolivianos a 12 años plazo, con una tasa de interés del 1%. La Ley 1356 de 2020 y el Decreto Supremo 4699 de 2022 difirieron los pagos de amortización de capital e intereses de las gestiones 2020, 2021 y 2022 al último período de pago.
Además se estipularon cuatro años de gracia, por lo que el primer pago debe realizarse en esta gestión. La cuota total será de 52,1 millones de bolivianos.
Sin vías y lejana de la frontera
La Planta de Úrea y Amoniaco fue inaugurada en 2017, en el municipio Entre Ríos de Cochabamba, en la localidad chapareña de Bulo Bulo. Desde que inició sus operaciones, la megafactoría fue cuestionada por generar pérdidas económicas debido a las paralizaciones (por distintos factores), a lo que se sumó su ubicación poco estratégica y el limitado mercado interno y externo para los fertilizantes.
Está a 286 kilómetros de Cochabamba y a 191 kilómetros de Santa Cruz. Tiene dos entradas. La primera o antigua está en una zona poblada, pero alrededor de la segunda, que es la actual vía de acceso, existen pocas viviendas. La más cercana está entre 150 y 200 metros de la petroquímica. No hay negocios, tiendas ni pensiones cercanas y la circulación vehicular es muy escasa.
Según la desaparecida Gerencia Nacional de Industrialización – YPFB, esta planta se proyectó para abastecer demandas internas y las plantas de Puerto Suárez en Santa Cruz y Villamontes en Tarija, para el mercado externo.
La ubicación original buscaba bajar los precios; sin embargo, por una decisión que se calificó como política, se la hizo en Bulo Bulo, aunque suba el precio puesto en frontera. Esto hace que seamos menos competitivos, más cuando, según una nota de prensa de YPFB, el 80% de la producción es para el mercado internacional.
Para paliar esto se hizo la vía férrea Bulo Bulo-Montero, con tropiezos e irregularidades.
Una riqueza de difícil acceso
El Mutún, ubicado en Puerto Suárez, Santa Cruz, representa el segundo yacimiento de hierro más importante de Sudamérica. En este caso la ubicación no podía ser otra, el problema está en la falta de planificación y acondicionamiento para su acceso.
Entre los problemas, además de los altos costos de producción por maquinaria inadecuada, están altos costos de comercialización por falta de carreteras y por puertos inadecuados.
Por la falta de acceso carretero, la venta de la producción se hace en planta. Un informe de la OFEP señala que “el hecho de que la empresa deba pagar altos montos por el transporte hace que sea menos competitiva”.
Dos plantas abandonadas
Al menos dos plantas fueron cerradas y abandonadas por ser erigidas en regiones sin materia prima adecuada. Ambas fueron construidas para cumplir promesas políticas.
La más polémica es Ebococa, de Villa Tunari, en el Chapare. Durante tres años funcionó al 20% de su capacidad, pero en 2014 dejó operaciones hasta hoy.
Un caso similar es el de la planta de cítricos de Bermejo en Tarija. El complejo fue construido como obra del MAS, en la Gobernación y la Alcaldía.
En ocho años no pudo entrar en funcionamiento por falta de materia prima. En su momento se estimó que podría consumir toda la materia prima de la región en apenas 82 días.
Chapare tiene una procesadora de estevia
En septiembre de 2022, como parte del homenaje al aniversario de Cochabamba, el presidente Luis Arce inauguró la Planta Procesadora de Stevia, en el municipio de Shinahota. La infraestructura tuvo una inversión de más de 80 millones de bolivianos.
La moderna industria fue construida con recursos del Fondo para la Revolución Industrial Productiva. Su capacidad de producción llega a 500 toneladas al año.
Ebococa en Chapare, sin coca orgánica
Se inauguró en 2010, tuvo una inversión de 11,2 millones de bolivianos. Sufría de falta de electricidad, gas industrial, agua potable y personal capacitado. Pero lo más crítico fue la falta de materia prima.
Si bien estaba una región productora de coca, ésta no era orgánica, indispensable para la industrialización. La orgánica se produce en los Yungas, lo que muestra que su construcción fue política.