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España: Feijóo gana pero Puigdemont podrá hacer presidente a Pedro Sánchez

El Partido Popular se ha impuesto en las urnas pero muy lejos del listón de la mayoría absoluta y muy por debajo de las expectativas que ha venido acariciando desde que el pasado 28-M arrasara en las elecciones municipales y autonómicas. El PSOE, por su parte, ha resistido demostrando una gran fortaleza e incluso mejorando el resultado que obtuvo hace cuatro años.

Así, este domingo, el triunfo fue amargo para el PP y la derrota, dulce para el PSOE. Aunque Alberto Núñez Feijóo haya ganado las elecciones, lo cierto es que Pedro Sánchez podría volver a gobernar conformando una nueva alianza de perdedores y con la aquiescencia -en forma de abstención- de Junts, el partido del fugado Carles Puigdemont.

La distancia entre las dos primeras formaciones del país es de sólo 14 escaños. Los populares han logrado 136 diputados, 47 más que hace cuatro años cuando el líder del partido era Pablo Casado. Los socialistas, por su parte, han conseguido alejar el fantasma del hundimiento que le vaticinaba la mayoría de las encuestas y han sumado dos diputados a los 120 que obtuvieron en 2019.

El escenario político que se abre ahora es muy incierto. Las dos formaciones de la derecha -PP y Vox- suman 169 escaños y se quedan a siete de la mayoría absoluta. Feijóo, haciendo un esfuerzo negociador, podría lograr añadir dos diputados más a su cómputo con el escaño logrado por Unión del Pueblo Navarro y, con mucho más esfuerzo, el conseguido por Coalición Canaria. Este último sería especialmente difícil porque esta formación siempre ha mantenido que no apoyaría un Gobierno del que formara parte Vox.

El tándem de la izquierda -PSOE y Sumar- ha logrado 153 diputados, dos menos que los que sumaron en esta legislatura PSOE y Unidas Podemos. No obstante, con todo el abanico de partidos del llamado «bloque de investidura de Sánchez», alcanzaría los 172 escaños, uno más que el bloque de la derecha.

Pedro Sánchez compareció en Ferraz exultante pese a haber perdido los comicios y lo hizo así porque sabe que cuenta con todo un abanico de fuerzas para negociar que podrían abrirle otra vez las puertas de La Moncloa. Sus seguidores enfervorecidos coreaban «No pasarán, no pasarán». Sánchez aseguró que en estos comicios se ha demostrado que en España «son más» los que quieren que el país siga avanzando con él al frente.

En el cómputo de aliados prácticamente seguros que baraja el socialista no se contabiliza a Junts, una formación que aseguró durante la campaña que no daría apoyo ni a Sánchez ni a Feijóo. Este compromiso, sin embargo, podría acabar cambiando pero sería a costa de que el PSOE aceptara demandas rayanas en la inconstitucionalidad. Anoche ya avisó en este sentido la portavoz de la formación en el Congreso, Miriam Nogueras. El resto de partidos que pueden dar respaldo al líder socialista -ERC, BNG, PNV y EH Bildu- también pasarán altas facturas a cambio de sus votos.

Tomado de El Mundo de España

El Partido Popular se ha impuesto en las urnas pero muy lejos del listón de la mayoría absoluta y muy por debajo de las expectativas que ha venido acariciando desde que el pasado 28-M arrasara en las elecciones municipales y autonómicas. El PSOE, por su parte, ha resistido demostrando una gran fortaleza e incluso mejorando el resultado que obtuvo hace cuatro años.

Así, este domingo, el triunfo fue amargo para el PP y la derrota, dulce para el PSOE. Aunque Alberto Núñez Feijóo haya ganado las elecciones, lo cierto es que Pedro Sánchez podría volver a gobernar conformando una nueva alianza de perdedores y con la aquiescencia -en forma de abstención- de Junts, el partido del fugado Carles Puigdemont.

La distancia entre las dos primeras formaciones del país es de sólo 14 escaños. Los populares han logrado 136 diputados, 47 más que hace cuatro años cuando el líder del partido era Pablo Casado. Los socialistas, por su parte, han conseguido alejar el fantasma del hundimiento que le vaticinaba la mayoría de las encuestas y han sumado dos diputados a los 120 que obtuvieron en 2019.

El escenario político que se abre ahora es muy incierto. Las dos formaciones de la derecha -PP y Vox- suman 169 escaños y se quedan a siete de la mayoría absoluta. Feijóo, haciendo un esfuerzo negociador, podría lograr añadir dos diputados más a su cómputo con el escaño logrado por Unión del Pueblo Navarro y, con mucho más esfuerzo, el conseguido por Coalición Canaria. Este último sería especialmente difícil porque esta formación siempre ha mantenido que no apoyaría un Gobierno del que formara parte Vox.

El tándem de la izquierda -PSOE y Sumar- ha logrado 153 diputados, dos menos que los que sumaron en esta legislatura PSOE y Unidas Podemos. No obstante, con todo el abanico de partidos del llamado «bloque de investidura de Sánchez», alcanzaría los 172 escaños, uno más que el bloque de la derecha.

Pedro Sánchez compareció en Ferraz exultante pese a haber perdido los comicios y lo hizo así porque sabe que cuenta con todo un abanico de fuerzas para negociar que podrían abrirle otra vez las puertas de La Moncloa. Sus seguidores enfervorecidos coreaban «No pasarán, no pasarán». Sánchez aseguró que en estos comicios se ha demostrado que en España «son más» los que quieren que el país siga avanzando con él al frente.

En el cómputo de aliados prácticamente seguros que baraja el socialista no se contabiliza a Junts, una formación que aseguró durante la campaña que no daría apoyo ni a Sánchez ni a Feijóo. Este compromiso, sin embargo, podría acabar cambiando pero sería a costa de que el PSOE aceptara demandas rayanas en la inconstitucionalidad. Anoche ya avisó en este sentido la portavoz de la formación en el Congreso, Miriam Nogueras. El resto de partidos que pueden dar respaldo al líder socialista -ERC, BNG, PNV y EH Bildu- también pasarán altas facturas a cambio de sus votos.

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