Exministro de Gobierno advierte que la economía boliviana está al borde de la terapia intensiva
El exministro de Gobierno, Carlos Romero, afirmó este sábado que la economía boliviana está a un paso de ingresar en terapia intensiva debido a la excesiva deuda interna y externa, y porque el país ha perdido su capacidad de generar dinero para cubrir préstamos internacionales.
«La deuda externa del país tiene un promedio de mil millones de dólares al año y una deuda interna de 20 mil millones de bolivianos. Esto nos lleva peligrosamente a un punto de entrar en quiebra», dijo Romero a la radio Kawsachum Coca en un balance sobre la situación económica.
Sostiene que el presidente Luis Arce está llevando a Bolivia a una situación económica “muy peligrosa, porque no hay generación de dinero” y observa un proceso de disminución de las reservas internacionales.
Indicó que, en el proceso de recalificación, Bolivia ha ido descendiendo hasta llegar al escalón más bajo, lo cual indica que el país no tiene reservas internacionales y no puede ser sujeto de créditos, lo que supone que Bolivia se encuentra en una situación de quiebra técnica.
“Quiebra técnica significa que un país ya no tiene capacidad financiera por sí mismo. O sea, cualquier préstamo o cualquier inversión está sujeto a que los organismos internacionales tomen decisiones sobre ese país”, declaró.
Recordó que, en la época neoliberal, los organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano, a partir del criterio del Fondo Monetario Internacional, pusieron condiciones para canalizar nuevos préstamos o proyectos de desarrollo.
Estas condiciones significaban privatización de las empresas públicas, despidos o la imposición de nuevos impuestos directos o indirectos que derivaron en el enfrentamiento de febrero negro de 2003 durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Graficó que en este momento el país se encuentra en terapia intermedia y podría ingresar a terapia intensiva si se sigue endeudando sin reponer esos préstamos y no logra equilibrar sus ingresos con los egresos. Dijo que en esas circunstancias, Bolivia perdería su autonomía en tomar decisiones económicas y estaría en manos de organismos internacionales.