«Tuve problemas en llegar hasta el Salar de Uyuni por los bloqueos», comenta Hanna Schneider, una turista alemán mientras carga una mochila en la plaza 25 de Mayo de Sucre. Sus palabras resuenan con la frustración compartida por muchos viajeros que han visto sus planes alterados por la inestabilidad social en Bolivia.
A su lado, Lotte Visser, una turista holandesa que atiende a su hijo de cuatro años, añade: «A mi llegada a Cuzco me enteré de que hay bloqueos en Bolivia». Las expectativas de una aventura sin contratiempos se desvanecen ante la realidad de las protestas.
Martín Rubio, un ciudadano español, comparte su experiencia: «No he podido postergar mis boletos. Mis amigos se quedaron en Brasil, temieron no poder volver de inmediato y pasaron directamente a Paraguay». Estos testimonios ponen en evidencia una problemática que ha golpeado fuertemente a la industria del turismo en Bolivia.
Sucre, y el país en general, poseen una vocación turística indiscutible. Sin embargo, los paros, huelgas y bloqueos continúan erosionando este potencial. Solo los anuncios de bloqueos provocan que los viajeros suspendan o posterguen sus planes, afectando el engranaje económico que el turismo activa.
Hernán Vidaurre, presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios de Chuquisaca (CAINCO), es consciente de esta problemática. «Bolivia tiene un gran potencial, pero los problemas sociales desaniman a la gente a venir, con el temor de quedarse atrapados en las rutas», señala Vidaurre. Ante esta situación, la CAINCO – Chuquisaca ha lanzado una propuesta audaz: una tregua de un año para reactivar la economía del país.
«La industria del turismo es un motor económico multiplicador», afirma Vidaurre. «Los hoteles, los restaurantes y otros servicios dependen en gran medida del flujo turístico. Una tregua de un año, al menos, permitiría demostrar que el país puede reactivarse sin problemas».
La propuesta de la CAINCO – Chuquisaca no solo abarca el turismo, sino también los sectores empresariales de servicios e industria, que se han visto gravemente afectados por los constantes conflictos.
Vidaurre hace un llamado al gobierno, a los sectores sociales y a las Cámaras de Comercio del país para que se unan en este esfuerzo. «Comprendemos que los sectores tienen sus demandas y son legítimas», reconoce. «Pero debemos recurrir a otros mecanismos de protesta que no sean los bloqueos para demandar nuestras atenciones».
Bolivia enfrenta múltiples desafíos: insuficiente gas para exportación, problemas de exportación de productos, escasez de dólares, inconvenientes con los combustibles e incrementos en los precios de productos básicos. Sin embargo, Vidaurre y la CAINCO creen firmemente que una tregua podría ser el primer paso hacia la reactivación económica y la recuperación del potencial turístico del país.
La propuesta de la CAINCO es una esperanza para turistas como Hanna, Lotte y Martín, y para todos aquellos que ven en Bolivia un destino lleno de maravillas por descubrir. Es un llamado a la paz y al progreso, un esfuerzo conjunto para demostrar que, en un año de tregua, Bolivia puede florecer y mostrar su verdadero esplendor al mundo.