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Anapo logra producción de 5,8 millones de t en 2023; generó $us 1.800 millones

Año de recuperación récord y resiliencia en la agricultura de Santa Cruz. En la gestión 2023, como resultado de la siembra de las campañas agrícolas de verano y de invierno, el departamento cruceño ha marcado la mayor producción de alimentos estratégicos de los últimos años, con un total de 5.827.842 toneladas (t) de granos de soya, maíz, sorgo, girasol, trigo y chía. Esta cifra representa un incremento de 29% con relación a la gestión 2022. La producción total de estos granos en 2023 representó un movimiento económico de al menos 1.800 millones de dólares, distribuidos en toda la cadena productiva de alimentos, e implican una cifra similar a 2022, debido a que los precios tuvieron una baja.

Las cifras son del informe que la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), a través de su presidente de directorio, Fernando Romero, dio este miércoles en conferencia de prensa. El directivo, en compañía del gerente general, Jaime Hernández, recalcó que el incremento importante se debe a que en la campaña de invierno 2023 hubo mejores condiciones climáticas para el desarrollo de los cultivos de rotación como el sorgo, el maíz, el trigo, el girasol y la chía, que permitieron obtener mejores rendimientos en comparación con el invierno de 2022, cuando predominaron la sequía prolongada y los fríos intensos que ocasionaron pérdidas considerables de productividad.

“El efecto clima siempre es importante en nuestro sector, lo más importante de este logro es que se ha alcanzado sin la necesidad de expandir nuestras fronteras agrícolas. Hemos logrado más con lo que ya tenemos. Las condiciones climáticas nos han favorecido este año, principalmente en la campaña de invierno generando un récord en el cultivo del sorgo”, señala Romero.

El aumento en la producción de alimentos estratégicos ha garantizado el abastecimiento del mercado interno y ha generado excedentes para las exportaciones, importantes para el ingreso de divisas al país.

Romero destacó que el crecimiento en la superficie de siembra fue leve. “Hablamos de al menos 1.300.000 hectáreas que fueron utilizadas en las dos campañas agrícolas, lo que descarta cualquier ampliación agresiva de la frontera agrícola”, apuntó.

La producción alcanzada de sorgo y maíz ha sido importante para garantizar el abastecimiento interno de insumos vitales para la provisión de alimentos de la canasta familiar como la carne de pollo, carne de res, carne de cerdo, leche y huevo, entre otros. La cadena oleaginosa por exportaciones de grano, aceite y harina de soya y girasol ha generado cerca de 1.400 millones de dólares a septiembre de 2022, cifra menor en 27% en contraste con el mismo periodo de 2023.  

Si se hace una comparación por ciclos de producción, los datos de Anapo revelan que en la campaña de verano 2022-2023 se produjeron 2.898.000 toneladas de soya, maíz y sorgo. Esto implica un aumento de 4% con relación al verano 2021-2022. Durante la campaña de invierno de 2023 se alcanzó una producción de 2.929.000 toneladas de granos de soya, trigo, girasol, maíz, sorgo y chía. Esto representa un incremento de 69% con relación a invierno de 2022, cuando hubo sequía extrema.

Soya

En 2023 se logró una producción total de 3.215.000 toneladas, cantidad superior en 5% con relación a 2022, debido a mejores condiciones climáticas en la campaña de invierno que aumentaron la productividad promedio de ese ciclo agrícola, de 1,73 toneladas métricas por hectárea (TM/ha) a 2,13 TM/ha.

Trigo

En 2023 se obtuvo una producción total de 136.000 toneladas de grano de trigo, que representa un aumento de 31% con relación a la producción del invierno anterior. Esto también se debe a las mejores condiciones de clima durante el desarrollo del cultivo, que hicieron que la productividad promedio suba a 1,44 TM/ha. En el invierno anterior se llegó a apenas 0,87 TM/ha.

Girasol

En 2023 se tuvo una producción de 185.000 toneladas, que significan un aumento de 7% en comparación con el pasado invierno, debido a las condiciones de clima que mejoraron la productividad de 1,04 TM/ha a 1,15 TM/ha.

Maíz

En 2023 se llegó a una producción de 552.000 toneladas, que implican un incremento de 22% con relación a 2022 también a causa de mejores condiciones de clima durante las campañas de verano e invierno. El rendimiento promedio creció de 2,82 TM/ha a 3,73 TM/ha.

Sorgo

La producción de sorgo en 2023 llegó a 1.733.000 toneladas. Esta cifra representó un aumento de 143% en comparación con 2022, cuando los productores sufrieron pérdidas por la sequía prolongada y los intensos fríos.

Debido a las mejores condiciones de clima del ciclo de invierno, la productividad promedio del cultivo de sorgo en 2023 fue de 2,91 TM/ha, mientras que en invierno 2022 fue de 1,59 TM/ha.

Chía

En 2023 se alcanzó una producción de 5.900 toneladas, con un aumento de 22% comparado con el invierno anterior, debido a una subida en la productividad promedio de 0,24 TM/ha a 0,44 TM/ha.

Agenda productiva

El presidente de Anapo enfatizó que su sector está en condiciones de dar una respuesta de corto plazo para que la producción de alimentos siga en ascenso, de tal modo que se garantice el abastecimiento del mercado interno y se genere más excedentes para las exportaciones, que significarían un incremento de divisas para el país.

Insistió en la importancia de plasmar con el Gobierno Nacional una agenda productiva que permita crear mejores condiciones para los productores que aportan a la seguridad y soberanía alimentaria de Bolivia. Esta contempla el acceso a la biotecnología, la seguridad jurídica a las tierras productivas, la lucha contra el contrabando, el mejoramiento de la logística de exportación y la infraestructura productiva, entre las principales necesidades.

Aceptación de Bolivia al Mercosur

Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los países productores de la región latinoamericana que componen el bloque del Mercado Común del Sur (Mercosur), cuentan con una amplia aceptación y aprobación de biotecnología y muchos eventos no solamente en soya, sino en maíz, caña de azúcar, maíz y otros cultivos abiertos a la mejora de productividad. Referido al ingreso del país como miembro pleno, Romero sostuvo: “Como Anapo estamos seguros que podemos competir con los más grandes productores de soya del mundo (Brasil, Argentina, Paraguay o Estados Unidos), pero estamos seguros que necesitamos las condiciones. Mirando hacia el futuro, tenemos la capacidad de responder con agilidad a la demanda de alimentos, tanto para el mercado interno como para la exportación; pero sólo es posible si continuamos trabajando juntos (sector público y privado) para crear condiciones que potencien nuestra productividad y competitividad”.

El sorgo marca la agenda posible

Surge otro apoyo desde el sector al desafío de reemplazar importaciones de carburantes al plantearse la posibilidad de volcar esfuerzos  en la producción de sorgo para producir etanol.

“Podemos hacer etanol de sorgo; es exactamente igual que la caña. Hay que pensar en un mercado, vemos con muy buenos ojos que ese podría ser un crecimiento importante y un lugar donde los productores tengamos la posibilidad de venderlo. Anapo siempre incentiva al sorgo como cultivo de rotación básica”, asegura Romero. El sorgo registró grandes niveles en 2023.

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