Saucedo: el PGE 2024 parece el reflejo de un optimismo desmedido más que un plan realista para el futuro económico de Bolivia
Luego que el Gobierno a través del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, presentara su proyecto de Presupuesto General del Estado (PGE) para 2024, el secretario de Hacienda de la Gobernación, Orlando Saucedo, calificó como preocupante las cifras contempladas, pues muestran una desconexión alarmante con la realidad económica del país.
La anticipación a un crecimiento del PIB de 3,71% y un aumento significativo en el monto del mismo, denotan las primeras alarmas de inconsistencias de este PGE.
«Las predicciones económicas del Gobierno central son excesivamente optimistas, como lo demostró el año 2022, cuando sus proyecciones superaron significativamente las estimaciones más acertadas de organismos internacionales como CEPAL, el Banco Mundial y el FMI», apuntó la autoridad.
De acuerdo a Saucedo, el presupuesto del PGE que asciende a Bs 265.558 millones, equivalente a casi el 80% del PIB, no solo supera los límites razonables dentro de la región, sino que también va en contra de los principios de estabilidad macroeconómica y sostenibilidad financiera.
La preocupación cala más hondo con la distribución de este presupuesto, donde el 58,6% se destina a gastos corrientes y solo el 16,1% se invierte en infraestructura y proyectos de largo plazo, y solo el 25,3% del presupuesto se dedica a pagar deudas, evidenciando una tendencia insostenible de este ítem.
Este panorama se complica con la proyección de un déficit del 7,8%, marcando once años consecutivos de déficit fiscal, un problema que se verá reflejado en el aumento de la deuda interna y externa, lo cual es una carga pesada para las generaciones futuras.
El presupuesto también planea aumentar la presión tributaria sobre los ciudadanos en un 10,8%, lo que podría resultar en la creación de nuevos impuestos, incrementando la informalidad y el descontento social.
A ello se suma la incertidumbre de cómo cumplirá el Gobierno la promesa de subvención de combustibles y alimentos, que en la realidad actual contradice.
«Este PGE 2024 parece ser un reflejo de un optimismo desmedido más que un plan realista y sostenible para el futuro económico de Bolivia. Desde nuestra administración, hacemos un llamado para que se reconsidere este enfoque, priorizando la eficiencia en el gasto, la sostenibilidad financiera y, sobre todo, la transparencia en la gestión económica», aseveró Saucedo.