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El cóndor andino es reclasificado como especie vulnerable de extinción

El cóndor andino, una de las aves de mayor tamaño en el mundo capaces de volar, símbolo nacional de Bolivia y de la región andina de Sudamérica, fue reclasificado de especie casi amenazada a vulnerable de extinción, según la actualización 2020 de la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).

“La tendencia al declive poblacional del cóndor andino (Vultur gryphus) y la dificultad de recuperarse de la mortalidad o las diferentes causas de ella, son los principales criterios que hacen que esta especie se recategorice como vulnerable”, afirmó el biólogo Diego Méndez del Programa de Investigación de Aves Rapaces de Bolivia. 

Dijo que la especie es intrínsecamente vulnerable por sus rasgos ecológicos a cualquier amenaza, “esto quiere decir que no puede recuperarse de eventos de mortalidad que no son naturales, como por ejemplo el envenenamiento, una de las causas donde pueden morir muchos cóndores”.

Según la información de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, la población mundial de Vultur gryphus equivale sólo a unos 6.700 individuos maduros. Su hábitat se extiende por Sudamérica desde Venezuela, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

La justificación de “vulnerable” según la UICN responde a que “la especie está en rápido declive debido a una variedad de amenazas, incluida la persecución directa por parte de los humanos, el envenenamiento por plomo y el deterioro de la calidad del hábitat, a través del envenenamiento deliberado de cadáveres o carroña”.

El cóndor andino con una envergadura de casi tres metros, puede volar a 6.000 metros de altitud y planear por cientos de kilómetros casi sin mover las alas extendidas. Los adultos a partir de los ocho años tienen un plumaje negro, las plumas secundarias son blancas al igual que su “collar”, son aves longevas y pueden vivir más de 70 años en cautividad.

Función ecológica y cultural 

Respecto de la función ecológica de la especie, Méndez afirmó que el cóndor es carroñero dominante de los ecosistemas donde habita y que cumple la labor de eliminar la carroña orgánica en descomposición.

Lamentó que los productores utilicen veneno para eliminar a los animales silvestres que ataquen a su ganado, “su uso es tóxico para el medioambiente, además no es selectivo, afecta a mamíferos como el zorro o el puma, y a los cóndores mucho más, porque ellos comen en grupo y una carroña envenenada puede eliminar a varios de ellos”, según un reporte de Edwin Conde Villarreal.

El investigador considera que, el cóndor andino, al que se lo estudia en Bolivia a partir del 2012 ininterrumpidamente, también tiene otra función que es el valor intrínseco de la especie como símbolo e ícono de la región andina.

Otra función que aún no está siendo usada por completo, es la económica, como un recurso turístico para la observación del ave en su hábitat, pero sin cóndores no habría la oportunidad de armar paquetes turísticos, agregó.

Destacó que desde el 2019 se estudia al cóndor andino en Bolivia usando métodos de telemetría satelital con el equipamiento a individuos de transmisores GPS (herramienta de geolocalización) para conocer dónde se mueven, vuelan, comen y particularmente dónde anidan. Esta clase de metodología proporciona mayor información para estrategias de conservación más efectivas. 

“Es importante que la gente participe en algo que se pueda hacer para aportar a la conservación de la biodiversidad y del cóndor andino, sin duda alguna, todos tenemos como una obligación el estar enterados sobre temas medioambientales”, enfatizó Méndez.

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