En caso de mareos es mejor consultar a un médico
Si de repente todo gira y da vueltas, es mejor acudir a un médico, ya que los mareos pueden ser una señal de alerta sobre algo a lo que es necesario prestar atención.
Cuando el mareo se manifiesta en forma aguda o limita mucho a la persona afectada, incluso es recomendable visitar cuanto antes la sección de urgencias de un hospital, en particular si la persona manifiesta además algún tipo de síntoma vinculado a un accidente cerebrovascular, como podría ser la dificultad para hablar o hallar palabras, problemas en la visión o adormecimiento en una mitad del cuerpo.
Es importante observar qué ocurre cuando uno u otra persona se marea: ¿comienza en forma repentina?, ¿en qué situaciones suele aparecer?, ¿es un mareo en el que todo gira o la sensación es más bien de que todo se tambalea?, ¿se da junto con náuseas, dolores de cabeza o dolores de oído?, ¿hay algún tipo de enfermedad de base o la persona toma alguna medicación?
Quien padezca muy seguido de este tipo de síntomas puede apuntarlos en una especie de «diario de mareos» y luego compartirlos con el médico o la médica, a quien esas descripciones le resultarán muy útiles para establecer un diagnóstico más claro. Las afecciones de mareo suelen poder tratarse sin inconvenientes cuando se detectan los motivos.
Las causas pueden ser múltiples, si bien a menudo están vinculadas al oído interno: si se trata de un vértigo benigno, conocido en medicina como vértigo postural paroxístico benigno (VPPB), puede que esté disparado por cristales del oído interno, fundamentales para nuestro equilibrio.
Si el médico o la médica determina que se trata de este tipo de afección, tal vez baste con hacer un simple ejercicio.
Consiste en sentarse en el borde de una cama. Si el problema está en el oído derecho, gire la cabeza 45 grados hacia la izquierda, recueste el cuerpo hacia el lado derecho mientras la pera apunta en dirección al hombro izquierdo. Lleve entonces todo el cuerpo en un solo envión hacia el costado izquierdo. La pera sigue apuntando al hombro izquierdo y la nariz hacia el colchón.
Al llegar al final, vuelva a erguirse. Pero tenga cuidado: el ejercicio puede generar mareos, por lo que se recomienda hacer al menos tres minutos de pausa entre un «envión» y otro.
Repita el movimiento al menos tres veces. Si el mareo se va, espere al día siguiente para ver cuál es la situación. Si sigue sin aparecer, puede dejar de realizar el ejercicio, pero consultando mejor con su médica o médico.
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