Opinión

La hora de Porongo

“Vámonos pa Porongo que la vida es bien barata: cuatro quesillos por medio y una pelada de yapa” dice una estrofa de la poesía costumbrista escrita por el conocido poeta, dramaturgo e historiador Don German Coimbra Sanz. Un relato de una experiencia muy peculiar de la fiesta de Porongo en esos tiempos inmemoriales.

Lo interesante de aquel relato ancestral es que hoy, en pleno siglo XXI, muy poco ha cambiado en la vida, penurias y costumbres de los pobladores de Porongo, ni que decir de otros pueblos y comunidades más alejadas que conforman el municipio de Porongo. Sin ninguna duda este municipio es el más atrasado en su desarrollo en el conjunto de la región metropolitana y a pesar de su cercanía con la capital, aún sigue esperando su hora. Solo para ubicarnos en el espacio, si hiciéramos una extensión imaginaria hacia el Oeste de los anillos quinto y octavo de la ciudad de Santa Cruz, abarcaríamos en su integridad la zona de Urubó, en el municipio de Porongo.

La razón principal de esta injusta postergación en su desarrollo es sin duda la falta de una interconexión vial suficiente, entre este municipio y la más importante urbe cruceña. Porongo tiene dentro de sus postulados y proyectos de desarrollo, convertirse en una zona de desarrollo Turístico y Productivo, bajo una principal línea estratégica del Desarrollo Sostenible y naturalmente todos los habitantes y estantes de este municipio debieran alinearse a ese proyecto futurista. Esto no significa de ninguna manera frenar su crecimiento, sino más bien planificar su desarrollo en total equilibrio con la naturaleza.

La zona con vocación predominantemente urbana que es precisamente el Urubó por su cercanía a la capital, está destinada inequívocamente a constituirse en la extensión natural de la gran ciudad. El desafío mayor es que ese desarrollo no puede contaminarse con el desorden y falta de planificación de otras comunidades y barrios de la metrópoli cruceña, debe preservar el medioambiente y los recursos naturales, bajo una normativa adecuada a esta visión de Desarrollo Sostenible. Todos sabemos que es posible la ciudad soñada por todos, solo corresponde respetar la normativa existente, eventualmente mejorarla y adaptarla a esta visión de desarrollo.

La gravedad de ese muy pobre desarrollo es la precariedad en la que viven los pobladores especialmente de las comunidades más alejadas, donde las carencias más elementales se ponen en evidencia:  como el insuficiente servicio de salud y educación, la falta de servicios básicos y vías de comunicación estables, los problemas del entierro sanitario, etc., deficiencias que tienen consecuencias dramáticas insostenibles.

Ante la necesidad ya existente, hace más de 10 años un grupo de vecinos y empresarios iniciaron la gestión para la construcción de un segundo puente y lograron a través de arduas negociaciones hacer aprobar la construcción de puente “Bicentenario” y gestionar la promulgación de una ley municipal para la creación de un impuesto especial, el mismo que serviría para financiar holgadamente la construcción del mencionado puente. Intereses de grupos de poder hicieron que esa gestión quedara sin efecto bajo argumentos legales y técnicos poco sustentables.  Años después el 2015, la misma suerte corrió el proyecto del puente de Urubó Village, financiado íntegramente por capitales privados.

Después de largas penurias para el pueblo de Porongo, con el cierre parcial o total de empresas asentadas en el municipio y la consiguiente pérdida de una importante cantidad de fuentes de empleo, a fines del 2019 finalmente la alcaldía de Santa Cruz de la Sierra tuvo la “generosidad” de aprobar la construcción del puente de Urubó Village. No obstante haber transcurrido tanto tiempo, nos encontramos que aún a la fecha, no se pueden iniciar las obras, ahora por demoras en los tramites en la obtención de la Licencia Ambiental. Justo hace 2 años, en julio del 2019, sin trabas ni demoras, se inició el puente El Torno-Espejos sobre el mismo rio Piraí, y para bien de una comunidad ya está terminado beneficiando actualmente a 1500 familias; pero ¿Cómo entender que, tanto el puente Bicentenario como el puente Urubó Village, que van a mejorar la calidad de vida de decenas de miles de familias, hayan tenido -y sigan teniendo- tanta oposición y demoras en instituciones públicas?

Las autoridades, vecinos y empresarios de Porongo, en una tarea conjunta están llamados a realizar las gestiones necesarias para la concreción de este anhelado proyecto de interconexión vial y asegurase que se ejecute de forma inmediata. No es posible mantener a una comunidad semi aislada por tanto tiempo. Estos proyectos prioritarios deberían ser declarados de urgente Necesidad Pública y darle el trato correspondiente en las instancias de los tres niveles del Estado. 

Es importante recordar que, según los especialistas, una vez se concluya la construcción del puente paralelo “Metropolitano 1”, el puente actual deberá someterse a un necesario mantenimiento. Sin la existencia aún de un segundo puente, nos encontraremos por un tiempo adicional con el mismo escenario actual o aún peor por el constante incremento de tráfico vehicular y con las consecuencias dramáticas que vivimos a diario. 

Un tema de primer orden, además de la construcción de los muy necesarios puentes, es la Planificación Urbana de este municipio con una visión metropolitana; al respecto existe un completo y especializado trabajo que tuvo el importante concurso de la Uagrm y de la Fundación Metrópoli de España, es un documento que representa una base bastante sólida para su revisión, aprobación y pronta implementación. La hora de Porongo ha llegado, el crecimiento es inexorable, esta gestión de los próximos 5 años será crucial y de un gran desafío para todos.

Fernando Crespo Lijerón / Vecino de Porongo

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