El cielo es el límite de los fletes marítimos
Al igual que en la hermosa vista desde una playa parece unirse el cielo con el mar, los fletes marítimos de los contenedores no paran de subir desde el último trimestre de 2020 y pareciera que el cielo es el límite.
El mercado de fletes marítimos se ha tornado altamente especulativo este primer trimestre de 2021 con fletes que se han incrementado hasta 400% comparados con los que estaban vigentes hasta octubre del pasado año, esto sin que medie ningún alza en los costos operativos de las naves porta contenedores.
La situación se agravó aún más por el efecto “Ever Given” referido al bloqueo del Canal de Suez por seis días provocado por la nave arrendada por la Naviera Evergreen que se cruzó en todo el ancho del canal provocando una escalada de demoras y falta de contenedores en el tráfico Asia – Europa y por ende en el resto del mundo, situación que aún se agrava más por el reciente arresto de la nave por parte de las Autoridades egipcias del Canal que pretenden cobrar más de 900 millones de dólares por los costos del rescate y daño a la imagen del Canal de Suez, lo que resulta en mayor especulación de fletes por parte de los armadores.
En las actuales etapas críticas de la pandemia en su segunda ola y las consiguientes dificultades de los gobiernos para luchar contra el virus y la falta de vacunas, sumado a la urgente necesidad de reactivar sus maltrechas economías y el empleo, no es concebible esta exacerbada fiebre de fletes marítimos digitada por el oligopolio de las grandes compañías navieras. Esta situación no solo encarece los suministros en los países menos desarrollados, sino que resta las posibilidades de exportación de sus pequeñas y medianas empresas que en muchos casos han tenido que desatender mercados que luego no podrán volver a abastecer.
En el particular caso de Bolivia enclaustrada a poco más de 200 kilómetros del mar cruzando la Cordillera de los Andes, los altos costos de los fletes marítimos tienen un doble impacto, en los costos de la cadena logística de suministros y distribución así como en los altos costos de devolución de contenedores por demoras y estadías que se han incrementado de forma paralela a los fletes debido a la escasez. Se espera que estos sobre costos logísticos lleguen a duplicarse hasta alcanzar un 30% de los precios de los productos en los mercados de destino tanto de importación como de exportación.
La crítica situación que provoca los altos fletes marítimos en los países en vías de desarrollo contrasta diametralmente con los beneficios de las navieras que han aumentado el valor de sus activos en los portacontenedores, que según datos de valoradores especializados de buques una nave de 6750 TEUs de MSC está valorada actualmente en 32 millones de dólares, en comparación con solo 9 millones de dólares en agosto del año pasado, esto sin contar que las ganancias acumuladas de los transportistas marítimos superaban los 9 mil millones de dólares para el último trimestre de 2020, y se espera que los retornos podrían duplicarlos en el primer trimestre de este año, según el sitio especializado en transporte www.theloadstar.com
De hecho, las navieras se han asegurado con éxito los aumentos sustanciales a través de contratos anuales con los dueños de las naves en las principales rutas comerciales, con negociaciones muy unilaterales y ofertas de “tómalo o déjalo” hechas por las líneas navieras. Además, las navieras también están reduciendo los compromisos mínimos de volumen en los contratos con el fin de asignar más espacio para negocios puntuales y premium que pagan aún más, en otras palabras pretenden descremar un mercado en alza, con lo que aplica literalmente que “a mar revuelto ganancia de navieras”.
Para graficar la escalada de los fletes marítimos y sus implicancias en Bolivia, basta comparar el flete marítimo de un contenedor de 20’ Shanghai – Arica que en abril de 2020 costaba USD 1.970, en septiembre de 2020 el flete se había incrementado a USD 3900 y ahora en marzo de 2021 llegó a costar USD 6.500, esto es un incremento de casi el 350%. En el caso de los fletes hacia el Puerto de Iquique el incremento es mayor, un contenedores de 40’ Tianjin/Xiamen – Iquique cuyo flete era de USD 1.700 en abril de 2020 hoy ese flete vale USD 6.900, esto es 400% de incremento solo en el flete naviero.
La repercusión de estos incrementos va en cascada y afectan a los precios de insumos importados, elevando los costos de devolución en plazos menores, el aumento en los tributos aduaneros y los gastos de liberación de las mercancías. En definitiva todos pagamos la fiesta de las navieras por igual.
-Antonio Rocha, expresidente del IBCE y experto en Comercio Exterior