Eficiencia sanitaria
Las autoridades sanitarias catalanas estiman en 70.000 las intervenciones quirúrgicas suspendidas a causa del coronavirus, lo que extrapolado al resto de España suponen más de 350.000. A ellas hay que añadir todas las pruebas y consultas externas anuladas. El resultado es un importante incremento de las listas de espera que no podrá ser absorbido si no se habilitan recursos específicos para ello.
La fase aguda de la emergencia sanitaria ha quedado atrás, pero estamos lejos de la normalidad. Economistas de la salud estiman que la crisis del coronavirus implica cuatro grandes oleadas asistenciales que seguirán poniendo a prueba la capacidad del sistema sanitario. La primera y más grave es toda la patología asociada a la covid-19. Aunque el momento de mayor presión ha pasado, los hospitales deben mantenerse alerta para atender cualquier posible rebrote.
Comienza ahora la segunda oleada, la formada por los miles de pacientes a quienes se ha suspendido la visita, a los que habrá que añadir los enfermos de covid-19 que precisen seguimiento a causa de las secuelas, que son muchos más de los que se pensaba. La tercera oleada llegará en unos meses como consecuencia del agravamiento de enfermedades crónicas no atendidas y los nuevos casos que no se han diagnosticado a tiempo. Y para más tarde se espera una cuarta oleada derivada de los efectos de la crisis económica y social sobre la salud mental y física de la población más golpeada.
Cuanto más tarden los centros sanitarios en recuperar la normalidad, más largas y abultadas serán las listas de espera. A la dificultad de reactivar los servicios con unas plantillas agotadas se ha añadido un obstáculo inesperado: la negativa de muchos pacientes a ir al hospital por miedo al contagio. A la hora de reprogramar las intervenciones, los hospitales se han encontrado con que, a excepción de oncología y otras patologías graves, entre el 40% y el 60% de los pacientes preferían posponer la visita. Urge una campaña que informe a los ciudadanos de que pueden ir tranquilos al hospital ya que se han habilitado circuitos separados para eliminar el riesgo de contagio.
Una parte importante del fondo especial de 16.000 millones que el Gobierno entregará a las autonomías se va a destinar a reforzar el sistema sanitario público. Pero tan importante como disponer de recursos es revisar el modelo organizativo. Es el momento de reorganizar la asistencia de manera que pueda aumentar la eficiencia del sistema. Por ejemplo, con sistemas de telemedicina que optimicen los tiempos y alargando, cuando sea preciso, el tiempo de atención y doblando turnos asistenciales. Se trata de obtener el mayor provecho posible del caudal de conocimiento, utillaje y recursos de ese bien común tan importante que es el sistema público de salud.