Por qué la economía de México entró en recesión y cuál es el riesgo de estanflación para 2022
A México se le ha hecho difícil echar a andar el motor del crecimiento económico.
En el último trimestre del año pasado la economía sufrió una contracción de 0,1%, según datos preliminares anunciados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De esta manera, la economía sumaría dos trimestres seguidos con cifras rojas, lo que en la jerga de los expertos se conoce como «recesión técnica».
Aunque el término tiene el sabor de una caída brutal, lo cierto es que los economistas suelen marcar la diferencia entre una recesión técnica y una crisis económica con todas sus letras.
Ésta última implica un profundo debilitamiento de los principales indicadores macroeconómicos como, por ejemplo, el empleo, el nivel de precios, el consumo interno, la capacidad de pago de los agentes económicos o el nivel de producción.
En ese sentido, la crisis económica no solo incluye un crecimiento bajo o negativo, sino que además implica una alta inestabilidad financiera.
México no está en una crisis, pero tampoco está pasando por un buen momento tras las secuelas económicas que ha dejado la pandemia.
Las disrupciones en las cadenas de suministro, la cuarta ola de covid-19, la alta inflación, los efectos de una nueva legislación en materia de subcontratación y la incertidumbre entre los empresarios son algunas de las razones que explican el frenazo económico.
En 2021 el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció 5%, un paso adelante, pero al mismo tiempo una recuperación insuficiente para compensar la profunda caída del 8,4% en 2020.
La economía de México mostró «claros signos de debilidad en la segunda mitad de 2021″, escribió Renzo Merino, analista de la consultora internacional Moody’s.
«Una persistente dinámica negativa en la inversión apunta a que el crecimiento económico en 2022 será mucho más débil de lo proyectado por las autoridades», agregó.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha mantenido una política fiscal austera en comparación con otros gobiernos de la región que aprobaron grandes paquetes de ayuda fiscal durante la pandemia para apoyar a las familias y las empresas más vulnerables.
Un crecimiento más gradual
Con el gasto fiscal controlado y una política de aumento en las tasas de interés por parte del banco central, las expectativas de un crecimiento más veloz cedieron terreno a la idea de un crecimiento mucho más gradual para este año.
Mucho dependerá de factores externos como la evolución de la covid-19, la crisis de las cadenas de suministro a nivel global, la escasez de semiconductores para fabricar automóviles, el precio del petróleo y otros commodities, además del rumbo que tomen las dos economías más grandes del mundo: Estados Unidos y China.
Organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectan que este año la economía mexicana crecería alrededor de un 2,8%, aunque algunos economistas han comenzado a bajar levemente sus pronósticos.
«Dudamos que México permanezca sumido en recesión por mucho más tiempo», dice Nikhil Sanghani, economista especializado en América Latina de la consultora británica Capital Economics.
«Pero la recuperación seguirá siendo lenta en los próximos trimestres», apunta. Su proyección es que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año podría desacelerarse hasta un 2%.
De cumplirse aquel pronóstico, agrega, sería una señal de que «la economía de México seguirá estando rezagada en la región este año y que la producción estará algo alejada de su tendencia previa a la pandemia».
Hace unos días el subsecretario de Hacienda de México, Gabriel Yorio, manifestó que referirse en este momento a una «recesión técnica» de la economía local no era lo más acertado.
«Hablar de una recesión técnica sentimos que realmente no está capturando la dinámica económica que se está observando por los efectos de la pandemia y sobre todo por los efectos de estos choques de oferta que está experimentando el mundo», apuntó.
¿Estanflación?
Yorio descartó que México se encuentre actualmente en un proceso de estanflación (un escenario de poco crecimiento económico con altos niveles de inflación), como algunos economistas han advertido.
«Nosotros no concordamos que estamos en una situación como tal», dijo.
Pero algunos economistas ven alta probabilidades de que México y otros países de América Latina lleguen a enfrentar un escenario de estanflación.
El país está tratando de controlar una inflación que llega al 7,13%, mucho más del doble de la meta que se ha fijado.
El aumento en el costo de la vida es parte de una ola inflacionaria que está recorriendo el planeta y que en países como Estados Unidos ha llegado a un 7%, la mayor en casi 40 años.
Para intentar frenarla, el banco central ha subido las tasas de interés en México progresivamente hasta llegar a un 5,5% y muchos economistas proyectan que continuará en la senda alcista.