Opinión

Perspectivas e inquietudes para el desarrollo de YPFB

Nelson Cabrera Maráz/ Presidente del Colegio de Ingenieros Petroleros, SIB-SC 

La Estrategia Boliviana de Hidrocarburos define a corto, mediano y largo plazo, actividades, programas y proyectos que permitirán contar con una visión integral de desarrollo e incentivo de las inversiones en tareas de exploración, explotación, refinación, transporte y comercialización. Bajo tal perspectiva y en concordancia con los lineamientos estratégicos del Plan Nacional de Desarrollo y los principios de la Política Nacional de Hidrocarburos, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), empresa estatal, asume laresponsabilidad de operar y participar en todas las actividades de la cadena de los hidrocarburos, con la finalidad de desarrollar el sector petrolero y garantizar la seguridad energética del pueblo boliviano.

En ese mismo contexto, YPFB como responsable de la ejecución de la política hidrocarburífera y con las nuevas atribuciones asumidas, queda expuesta a los objetivos del plan estratégico institucional; a los cambios en el sector energético y en la industria petrolera; a la posición privilegiada en toda la cadena hidrocarburífera; a los nuevos negocios emergentes en los mercados nacional y regional; a la concentración y disposición de recursos para el eje troncal de la empresa: Exploración, Explotación y Comercialización de los hidrocarburos. A estas directrices, es importante incluir las expectativas y efervescencias del pueblo boliviano sobre el futuro de la empresa estatal como corporación.

Obviamente, es imperioso hacer algunas apreciaciones que tienen relación directas con la política nacional hidrocarburífera, es decir, para la consolidación de la Nacionalización de los Hidrocarburos y la refundación o redefinición de YPFB como corporación energética del estado boliviano, es de prioridad y urgencia, la elaboración, revisión, aprobación y complementación del marco legal para el upstream (exploración y explotación) como para el downstream (refinación e industrialización, transporte y almacenaje, comercialización y distribución). La consolidación de tal exigencia, es evitar en el futuro, problemas como: crisis en la producción de petróleo y gas natural; racionalización en la provisión de combustibles para el mercado interno; incumplimiento de los compromisos internacionales; colapso en el sistema nacional de almacenamiento y transporte de líquidos. Asimismo, debe adecuarse la actual Ley de Hidrocarburos y el Decreto de Nacionalización 28701, a los mandatos de la nueva Constitución Política, esto permitirá que el estado boliviano brinde a las empresas nacionales y transnacionales, particularmente petroleras, la seguridad jurídica y garantías necesarias, para las futuras inversiones, las cuales son tan necesarias para los trabajos de exploración de nuevos horizontes y para la explotación sostenible de los campos petroleros existentes.

Para la consolidación de las metas y de los objetivos, YPFB necesita apremiantemente de un “PLAN de Transformación Organizacional”. Los gobernantes bolivianos necesitan asimilar las experiencias de transformaciones organizacionales implementadas en otros países, por ejemplo, tomar las bases y fundamentos del modelo petrolero de Noruega, del proceso de reforma del sector y reestructuración de la Empresa Colombiana de Petróleo, de la ordenada revolución corporativa de Petrobras, de los esfuerzos de otras naciones para impulsar a sus empresas petroleras de asumir retos geopolíticos y hacerlas mas competitivas en el marco de la industria petrolera mundial, y otros tantos ejemplos, que ayudarían a nuestros gobernantes a planificar y ejecutar las acciones, en función a los cambios exigidos en el mundo petrolero, el cual es ordenado, complejo y explosivo.

Para la concepción y alcance del PLAN, es necesario la discusión de una agenda de temas claves, de los potenciales impactos y cambios futuros, en la cual participe el equipo de alta gerencia de la futura administración de YPFB, permitiendo a dicho equipo establecer, mejorar o redefinir el plan estratégico institucional, perfeccionar el plan de inversiones y diseñar la nueva organización empresarial incorporando el concepto de gobierno corporativo, promover la creación del Comité Ejecutivo de Operaciones, incluir los conceptos modernos de administración estratégica para sostener el proceso de transformación. Asimismo, incorporar al “Ombudsman Corporativo” o “defensor corporativo” al más alto nivel ejecutivo de la compañía, como la instancia que represente al poder ejecutivo y goce de credibilidad e imparcialidad, para participar íntegramente en todas las actuaciones de la presidencia ejecutiva y del directorio de la empresa. 

Antes de cualquier iniciativa para el inicio del proceso de transformación de YPFB, deben establecerse ciertas y específicas condiciones, las cuales deben ser discutidas por los actores, es decir, el gobierno y la nueva administración de YPFB. Las mencionadas condiciones deben traducirse en un “contrato de rendimiento corporativo”, que permita garantizar la implementación de las grandes transformaciones y limpieza al interior de la empresa, delimitando el comportamiento organizacional e implementando una nueva cultura empresarial. Si los actores convergen en los objetivos comunes, la implantación del plan de transformación organizacional será viable y altamente beneficioso. También, es muy importante incorporar el liderazgo del nuevo presidente ejecutivo de la empresa, atado a un programa de trabajo de gran envergadura y el compromiso gubernamental para consolidar el proceso de redefinición corporativa de YPFB; así, se logrará el fortalecimiento de YPFB para hacer frente a los desafíos energéticos de los próximos años.

Sobre todo, lo manifestado, YPFB necesita que el nuevo Presidente Ejecutivo fije el curso de la empresa y se comprometa con las metas operativas y los objetivos corporativos que definirán a la nueva empresa. YPFB necesita un presidente ejecutivo que refleje la personalidad de la organización. YPFB necesita un presidente formado y con sólidos conocimientos y experiencia en la industria petrolera, y tenga, la libertad de seleccionar a sus colaboradores para que fijen el tono, el objetivo, las acciones y los resultados durante la gestión. YPFB necesita de un presidente ejecutivo que este dispuesto a “ensuciarse las manos” al lado de todos los trabajadores, que comparta sus penas, sus preocupaciones y sus alegrías. YPFB necesita de un presidente ejecutivo, humano con personalidad combativa, con destrezas militares, con perspicacia política, con una profunda simplicidad inherente de las orientaciones empresariales para los desafíos del siglo XXI, si es así, YPFB será diferente, porque tendrá la creatividad, la iniciativa, la aptitud para la resolución de problemas, la flexibilidad, la capacidad de adaptación, responsabilidad y voluntad de aprendizaje de sus trabajadores y profesionales, pues todos ellos, necesitan motivación, respeto y admiración, y estar equipados para ganar, es decir, estar preparados para todo terreno.

En conclusión, los responsables por la conducción política de Bolivia tienen que enfrentarse a la necesidad de aceptar y efectuar transformaciones radicales sobre el papel de YPFB en la economía del país. De no hacerlas, deberán resignarse a una triste realidad: cualquier esfuerzo dirigido a mejorar el desempeño de YPFB mediante técnicas administrativas, por modernas y sofisticadas que sean, producirán resultados demasiados modestos.

Finalmente, “Es responsabilidad de los gobernantes actuales y de transición presentar los informes del estado de situación del sector hidrocarburífero, que contribuirán al proceso de transformación de YPFB en la Corporación Energética del Estado Boliviano y garantizar el éxito de la reinvención y limpieza profunda”.

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