El agronegocio cruceño, bendición para Bolivia
Gary Antonio Rodríguez Álvarez (*)
Tierra, trabajo, capital, tecnología e institucionalidad, son los factores que fundamentan su éxito. Libre iniciativa, individualismo -cooperativismo, también- mercado, integración al mundo -exportación- y su tenacidad para superar todo freno que le imponen, sus valores. Éste es el modelo productivo de Santa Cruz que, pese a las imperfecciones que le achacan…¡claro que funciona!
Santa Cruz significa casi el 30% del Producto Interno Bruto (PIB), por eso es el “bastión productivo” de Bolivia; su tasa de crecimiento supera a la del país, por ello la región es la “locomotora de la economía boliviana”; por tanto, si a Santa Cruz le va bien, le irá bien a Bolivia…
Hace 20 años su PIB no llegaba a 3.000 millones de dólares corrientes, pero en 2019 rebasó los 12.000 millones; con un PIB per cápita mayor a los 3.600 dólares, Santa Cruz es una suerte de tierra prometida, no solo para sus ciudadanos sino también para el Estado, pues es la región que más impuestos internos y tributos aduaneros prodiga al Erario Nacional.
Gracias a su modelo productivo, la economía cruceña es diversificada: más del 50% de su PIB tiene que ver con el sector terciario (banca, comunicaciones, transporte, almacenamiento, energía, agua, construcción, comercio, gastronomía, hotelería y otros servicios), gran parte de ello girando en torno a la agropecuaria (18%) e industria (14%), gracias a lo cual más del 40% del PIB agropecuario del país se forja en Santa Cruz, y más del 70% de los alimentos que consume Bolivia, a partir de sus más de 60.000 sacrificados agroproductores: 70% pequeños, 24% medianos y 6% grandes, según la gloriosa Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO).
Santa Cruz significa más de la cuarta parte de las exportaciones totales; más del 60% de las Exportaciones No Tradicionales y más del 70% de las agroexportaciones, especialmente de alimentos, destacando la soya que en 20 años pasó de poco más de 600.000 hectáreas y casi 1,3 millones de toneladas a cerca de 3 millones de toneladas generadas en casi 1,4 millones de hectáreas, aumentando su rendimiento y producción desde 2005, gracias a la soya transgénica.
Las bondades del modelo productivo cruceño han convertido a Santa Cruz en un verdadero polo de atracción frente a factores de expulsión que se dan en otras regiones del país, tanto así, que el año 2015 pasó a ser el Departamento más poblado de Bolivia, superando los 3 millones de personas.
Por esto, y muchísimo más, el “agronegocio” de Santa Cruz es una gran bendición para Bolivia…
(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional