Finanzas

Cepal mejora proyección de crecimiento de Bolivia, pero está lejos del 4,8%

La Comisión Económica para América Latina (Cepal) mejoró en dos décimas la perspectiva de crecimiento de la economía boliviana: de 2 por ciento que era en abril a 2,2 por ciento a septiembre. Analistas consideran que esta proyección ratifica que el país difícilmente cerrará 2023 con un crecimiento del 4,8 tal como a previsto el Gobierno nacional.

Para el analista Germán Molina, hay varios factores que han contribuido a mejorar la perspectiva de crecimiento por parte de la Cepal, entre ellos, los anuncios oficiales de que Bolivia está intensificando muchos proyectos de inversión con financiamiento externo.

A éstos se suman —agrega— el inicio de operaciones del Complejo Siderúrgico del Mutún previsto para enero del siguiente año y la firma de acuerdos con empresas de China y Rusia para la industrialización del litio.

“Esos factores están haciendo que haya un aumentado de la perspectiva de crecimiento, pero esto se va a saber con un poco más de certidumbre el 31 de octubre de 2023, cuando el Ejecutivo debe presentar al Legislativo el proyecto de Presupuesto General de la Nación 2024, ahí vamos a saber qué es lo que está esperando la actual administración gubernamental respecto al crecimiento del próximo año y cómo cerraría este año las cifras”, indica.

Contexto desfavorable

Por su parte, el economista Gonzalo Chávez sostiene que la perspectiva de crecimiento de Bolivia es baja debido a un contexto externo e interno desfavorable.

En lo externo, los factores que han jugado en contra son la recuperación de la economía china que no ha ido a una velocidad suficiente, el mayor esfuerzo de los países desarrollados en controlar la inflación, la lenta recuperación del comercio exterior y los precios bajos de las materias primas, explica.

En cuanto a los factores internos, Chávez hace mención a los problemas fiscales que hay en el país, como la escasez de dólares, lo cual ha imposibilidad al Gobierno nacional impulsar la inversión pública, que por lo general —en los dos últimos años— se proyecta entre 4 mil y 5 mil dólares, pero se ejecuta sólo la mitad.

Indica que todos estos factores han repercutiendo para que la economía se desacelere, sobre todo por el declive del sector de hidrocarburos. El año 2014, Bolivia exportaba 6 mil millones de dólares de gas; esa cifra ha caído ahora a 3 mil millones el año pasado y ésa va a seguir siendo la tendencia.

“La renta gasífera, que todo lo que el Estado boliviano recibía del gas, era 5.489 millones de dólares esa cifra ha bajado el año pasado 2.289, eso significa que en todo este periodo el sector de gas ha dejado de darle al Estado 3.200 millones de dólares y esa es la razón por la cual el Estado está raspando la olla, no tiene recursos y eso repercute en que no ejecuta el gasto ni la inversión, por eso el crecimiento es menor”, argumenta.

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