El café con hielo sube de categoría
Santiago y Patricia montaron en 2011 Toma Café (Palma, 49). “Era el negocio que queríamos tener en frente de casa y no existía en todo Madrid”, cuenta Santiago. Se refiere a una cafetería de especialidad, un lugar que centra el protagonismo en un café de calidad del que se puede leer su trazabilidad completa: conocer la región, quién lo tuesta y cómo lo hace, y lo preparan baristas en directo con las técnicas más depuradas.
“No somos científicos. Hacer café no es mandar un perro a la luna. Nuestro plus es la experiencia de venir aquí y nuestra relación con el cliente”, dice Santiago. Y con esa filosofía han logrado una legión de seguidores que en verano también acuden a tomar sus bebidas frías. Tienen dos locales dedicados al café, uno en Malasaña y otro en Chamberí (Santa Feliciana, 5), y acaban de abrir al público Proper Sound (Raimundo Lulio, 16). “En este último tenemos la tostadora y la idea es que sea cafetería de día, se pueda ver cómo tostamos y de noche se convierta en una barra de vinos naturales donde escuchar música con un sonido Hi-Fi, como en los listening bars de Japón”, añade Santiago.
Entre sus dos Toma Café venden 20 litros al día de cold brew (café que se infusiona en frío durante horas) y a través de su web ofrecen cajas de cinco litros a 50 euros o tres litros a 30 euros. Elaboran diferentes combinados con leche o tónica y este año acaban de añadir a su oferta fría una espectacular limonada de pepino, melón, estragón, lima, limón con expreso por 3,50 euros.
Al ser pioneros en Madrid, han ayudado a la formación de muchos como el barista Pablo Caballero. Pablo comenzó trabajando con ellos, creó el blog Hola Coffee para divulgar la cultura barista en castellano, ganó el premio al mejor barista en España en 2016 (repitió en 2018), montó un pequeño templo del café junto a su socio Nolo Botana en 2017 con el nombre Hola Coffee (Doctor Fourquet, 33) y al año siguiente abrió Misión Café (Reyes, 5).
Antes de finalizar el año, en el portal contiguo a Misión Café inaugurarán un obrador con tienda para vender todos sus productos. Pablo dice que las bebidas frías son las que más sirven en agosto. “Al igual que en coctelería, lo importante es no derretir los hielos. Estos tienen que ser macizos, hay que usar un buen café y la mejor leche fresca como la de Quintián, una pequeña ganadería de Lugo”, explica. Tienen su propia tostadora en Puerta del Ángel, donde también imparten cursos y en sus dos cafeterías preparan exquisitos cold brew que filtran tres veces, expresos con tónica, iced latte y otras bebidas frías sin café como la limonada de violetas hecha a partir de los caramelos madrileños, limón exprimido y agua con gas (3 euros) o los Shrubs, sodas caseras de frutas que tardan quince días en hacerse (4 euros).
Con helado artesano o cola ecológica
En ACID Café (Verónica, 9) tienen uno de los mejores Affogato, expreso con una bola de helado, de Madrid por 4,50 euros. Esta cafetería de especialidad del barrio de las Letras trabaja en exclusiva con la tostadora danesa La Cabra y ahora triunfan al mezclarlos con los helados artesanos de Popota. Cambian de sabor dependiendo de las características café, pero estos días hay de pistacho y de romero. La fusión en la copa de ambas texturas y sabores es espectacular aunque también hay más bebidas refrescantes como el cold brew, expresso tonic, iced matcha o iced chai para tomárselas en su pequeño banco de la fachada.
Otra propuesta que merece la pena probar en este universo reciente madrileño es la que prepara con cola el taiwanés Kike en su vegano Chilling Café (Estrella, 5). “En Asia se toma mucho café con Coca-Cola”, explica. Por eso, su personal Café Cola (3 euros) consiste en un expreso procedente de Nomad Barcelona al que añade la cola ecológica alemana Fritz-Kola, una bebida hecha con nuez de cola real y cafeína natural, echa una rodaja de limón y un manojo de menta.
El veterano y el nuevo del rastro
La máquina de Marzocco, una rueda de sabores pintada en la pared y los artilugios a la venta para hacerse infusiones en casa llaman la atención al entrar en Ruda Café (Ruda, 11). Llevan cuatro años sirviendo con profesionalidad y cariño cafés calientes y cold brew de Randall Coffee Roasters. Además, cuentan con una infusión fría de guaraná, avellana, pasiflora, cáscara de naranja y verbena por 3 euros.
A tres minutos caminando, acaban de inaugurar Agrado (Embajadores, 14), un local que surgió gracias a las tartas de zanahoria de la madre de Samuel. Estos dulces comenzaron a popularizarse de tal manera en el Cafelito (Sombrerete, 20) que han abierto un luminoso espacio de diseño donde degustarlos acompañados de buen café. Lo ofrecen ecológico de Colombia tostado por ID Coffe Lab y lo sirven de manera clásica o en frío como iced latte(2,30 euros). Está claro que los cafés de especialidad ayudan a bajar la temperatura de Madrid en verano.