Nace Huari Chocolate, la cerveza que propone un viaje a los sentidos
Con el cacao más puro del mundo, Huari lanza una variedad que marca un hito en la historia de la industria cervecera boliviana. La popular cerveza se funda con el chocolate producido por la cooperativa El Ceibo. Líderes de opinión, personalidades e influencers pudieron catar la bebida durante un evento realizado en la Fexpocruz.
La magia del chocolate se funde en el torrente de la cerveza más tradicional de Bolivia. Con el cacao más puro del mundo, nace Huari Chocolate, una bebida que convoca a un viaje único hacia los sentidos y que marca un hito en la historia de la industria cervecera boliviana.
Huari Chocolate es el fruto de la alianza alcanzada por la empresa cervecera y la fábrica de chocolates El Ceibo, lo que ha permitido unir la producción de miles de manos bolivianas, desde la cordillera de los Azanaques hasta los bosques subtropicales de la Amazonia, para generar un producto de la más alta calidad en la industria boliviana.
Rodrigo Rocabado, gerente de Huari, destacó la enorme apuesta que significa la salida al mercado de Huari Chocolate, una opción perfecta para todo tipo de ocasiones entre quienes están dispuestos a vivir una experiencia definitivamente diferente.
“Huari Chocolate constituye un salto cualitativo en el consumo de cerveza en Bolivia. Estamos ante una cerveza única que es ideal para una variedad de comidas y el complemento para la mesa de los bolivianos”, indicó Rocabado.
Más de 100 invitados especiales, entre directivos de CBN y El Ceibo, líderes de opinión, personalidades e influencers, pudieron degustar del sabor único que propone Huari Chocolate durante un evento realizado en el Salón Chiquitano de la Fexpocruz.
Para producir esta cerveza, Huari utiliza el cacao 100% orgánico, el mismo que cumple con todas las exigencias internacionales en materia ambiental y de desarrollo sostenible.
La nueva variedad de Huari contiene ingredientes que nos trasladan al origen de dos regiones geográficas fundamentales de Bolivia. Las aguas de vertiente que surgen en las venas del Altiplano orureño y el cacao silvestre de semillas 100% orgánicas que los mosetenes vienen produciendo -desde hace más de un siglo- en los húmedos bosques subtropicales de Alto Beni y que hoy ha recuperado la cooperativa agroindustrial El Ceibo.
Michel Yucra Vargas, Gerente Comercial de la empresa productora de chocolates expresó su enorme satisfacción con el acuerdo alcanzado con CBN para producir Huari Chocolate con el cacao producido por miles de familias bolivianas.
“Estamos muy orgullosos de que esta gran cerveza se produzca con el cacao cien por ciento orgánico que surge de los productores bolivianos. Este es un paso fundamental que incentivará a miles de familias a impulsar la producción de cacao en Bolivia y estamos seguros que el producto será un éxito”, afirmó.
Con más de 40 años en el mercado, la Central Regional Agropecuaria Industrial de Cooperativas El Ceibo, cuenta con 48 organizaciones de productores y más de 1.300 familias que trabajan en una extensión de 4.700 hectáreas en el norte del departamento de La Paz, sur del Beni y norte de Cochabamba, logrando producir unas 1.200 toneladas de cacao al año. Un 40% de esa producción se exporta a mercados de Estados Unidos, Europa, Asia y varios países latinoamericanos, el resto se queda en el mercado interno.
De esta forma, Huari Chocolate fortalecerá la producción de cacao orgánico para el mercado boliviano en un contexto de grandes desafíos como los que ha planteado la pandemia para la economía boliviana.
Durante el evento desarrollado por el reconocido creativo y diseñador, Luis Alberto ‘Quito’ Velasco, directores de medios, periodistas, personalidades, modelos e influencers participaron de la cata de Huari Chocolate en la Fexpocruz, una experiencia que provocó sensaciones inolvidables para todos los gustos.
Expertos en la materia coinciden en señalar que Huari Chocolate es una bebida ideal para acompañar las principales comidas de la gastronomía nacional e internacional, lo que generar una experiencia incomparable para el cada vez más exigente paladar de los bolivianos.