Anapo alerta de posibles pérdidas en cosecha y disminución del área de siembra, si no hay diésel de inmediato
Alrededor de 400.000 hectáreas de soya listas para la cosecha en el Norte Integrado y 1,5 millones de hectáreas de soya, maíz y sorgo, previstas para la siembra de verano, están en riesgo si el Gobierno, a través de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), no provee de inmediato el diésel necesario para los productores. Con ello, también las industrias avícola, porcina, lechera y de carne de res podrían verse afectadas al no tener garantizado el abastecimiento de esos granos para la producción de alimentos básicos para la población como la carne de pollo, carne de cerdo, carne de res, leche y huevo, entre otros.
La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) informa que la falta de suministro de diésel ha generado una situación crítica para el sector productivo de oleaginosas, poniendo en riesgo la producción agrícola y alimentaria del país. Su gerente general, Jaime Hernández, lamenta que la falta de diésel encuentra a los productores “en plena época de siembra y cosecha”. “Si no se resuelve este problema, no solo se afectará a la producción agrícola, sino que se pondrá en riesgo toda una cadena que genera cientos de miles de empleos y excedentes que son destinados para las exportaciones”, señala.
Si bien el abastecimiento funcionaba en un 50% en las últimas semanas, desde hace más de una semana las entregas de diésel para los clientes directos y grandes consumidores han sido prácticamente paralizadas. La situación es en especial grave en Santa Cruz, el principal centro productor de soya, maíz y sorgo, granos de los cuales dependen otras cadenas productivas. Por tanto, la falta de diésel puede derivar en la escasez de alimentos y desabastecimiento en el mercado interno, que afectarían directamente a la población.
El sector soyero es el tercer motor de exportaciones de Bolivia, pero en esta época enfrenta una doble amenaza: perder cosecha y reducir siembra. En 2023, el rubro generó casi 2.000 millones de dólares en exportaciones, cifra comparable a la generada por los hidrocarburos. Esto quiere decir que la crisis de abastecimiento de diésel podría socavar también esta fuente de ingresos y de generación de divisas para el país.
Para tener una idea del impacto económico devastador de la falta de diésel, en el caso de la cosecha de soya, que ya se ha iniciado en el norte integrado del país, se estima que las 400 mil hectáreas que necesitan cosecha representan casi 800 mil toneladas de grano. Si no se completa esta etapa, el sector perdería cerca de 400 millones de dólares, una cifra que corresponde solo a la cosecha de la campaña de invierno.
A pesar de los esfuerzos de los productores para encontrar soluciones, la falta de divisas y las dificultades logísticas complican la situación. “Algunos sectores han recurrido a la opción de importar diésel, pero esto requiere de divisas, y los productores no tienen acceso a los dólares suficientes para llevar a cabo estas compras”, explica Hernández.
Los productores mantienen sus esfuerzos para que YPFB priorice el abastecimiento sobre todo a las estaciones de servicio en las principales zonas productivas del país. Asimismo, gestionan con YPFB la provisión del diésel ULS disponible, a pesar del mayor precio, puesto que ante la situación crítica es una alternativa viable para garantizar la actividad productiva de los clientes directos y grandes consumidores agropecuarios que compran de forma directa a Yacimientos, tal como establece la Resolución Administrativa de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH).
“Evaluamos todas las alternativas posibles para garantizar el abastecimiento de diésel, pero la situación es extremadamente crítica. Si no se toman medidas inmediatas, no solo el sector agrícola, sino toda la economía boliviana se verá seriamente afectada”, enfatiza el gerente de Anapo.
El sector manifestó esta situación al Ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Yamil Flores, y a los personeros de YPFB en la reunión que sostuvo esta semana en oficinas del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag). Allí planteó la necesidad de una respuesta urgente desde el Gobierno y YPFB para evitar que el abastecimiento de diésel ponga en riesgo la seguridad alimentaria y el empleo en Bolivia.