Hasta qué punto tiene sentido o no invertir en empresas petroleras
Aunque en principio parezca una paradoja en la era de la conciencia verde, el sector petrolero vive este año todo un renacimiento. Norbert Rücker, el experto de tendencias de Julius Baer, recalca que tras vivir épocas de constricción y de limpieza de balance, ahora toca recoger los frutos.
“Desde el final del último superciclo de las materias primas, allá por 2016 o 2015, el modo cautela estaba activado en el negocio petrolero. Todo el mundo puso el foco en limpiar la balance, centrándose en el negocio con el objetivo de tener beneficios, cortando los excesos. Las compras, las adquisiciones, el centrarse en la contención de costes… cuando miras al negocio petrolero hoy en día, sigue teniendo el foco en ese ahorro de costes en cierto modo. Al mismo tiempo, el precio del petróleo ha repuntado con fuerza. El resultado de ambos factores es que el dinero vuelve a fluir con ímpetu”, señala el especialista.
A consecuencia de ese flujo de dinero, incluso los castigados productores de petróleo de esquisto están empezando a remontar. “El negocio del petróleo de esquisto, especialmente el situado fuera de Texas, ha tenido un flujo de caja positivo por primera vez desde 2010. Por primera vez en más de una década, estas empresas dan dinero y lo distribuyen entre sus accionistas”, destaca Rücker.
En materia de inversión en energía, las renovables son las estrellas indiscutibles del momento. La apuesta decidida de los gobiernos por la energía sostenible a largo plazo y la lluvia de dinero público que llegará a este sector las ha catapultado en Bolsa, con una intensidad que por momentos ha hecho temer una burbuja de precios. “En cambio, el mercado financiero mira al sector petrolero y piensa que es un negocio muerto, uno en el que no hay que invertir. Lo cierto es que sus fundamentales no han sido tan atractivos como lo son ahora en años. Son rentables”, concluye Rücker.
Un reciente informe de Bank of America pone cifras a este buen momento, que tampoco es ajeno al esfuerzo de las petroleras por sumarse a la transición energética, con importantes inversiones en energía verde. “Gracias a los resultados del primer trimestre de 2021, vemos que el flujo de caja agregado de las grandes petroleras para el presente año fiscal cubre cómodamente los 65.000 millones de dólares de gastos de capital, así como el reparto de 25.000 millones de dólares en dividendos, lo que deja más de 50.000 millones de dólares de excedente para reparar el balance y mejorar el retorno al accionista. Nuestras estimaciones de flujo de caja libre para 2021 siguen estando un 20% por encima del consenso”, explica.
Además de la buena marcha del negocio petrolero en estos momentos, Bank of America menciona el retorno que previsiblemente recibirán los accionistas en los próximos años como otro punto a favor.
“En conjunto, para el periodo 2021-25 estimamos que las grandes petroleras europeas tendrán una tasa de crecimiento anual del beneficio por acción cercano al 8%, al tiempo que registrarán un desapalancamiento de 16 puntos porcentuales desde los máximos alcanzados en 2020, cercanos al 35%. También esperamos una vuelta a las recompras de acciones. Vemos que el retorno total al accionista hasta 2025 como porcentaje de la capitalización bursátil se aproxima al 30% de media, encabezado por Total y Repsol, con más del 40%”, refleja el documento. /5D