Falta de tecnología y una regulación estricta impiden a Bolivia desarrollar el litio
Con la caída de los ingresos que generan los hidrocarburos, este país centra sus esperanzas en la explotación de recursos evaporíticos para impulsar el crecimiento económico. No obstante, esta aspiración no está exenta de obstáculos.
La consultora Torino Economics presentó en su reciente informe, denominado ‘Litio: ¿la tierra prometida?’, un panorama general de la industria de este metal liviano a nivel mundial y los desafíos que debe afrontar Bolivia, si quiere capitalizar a su favor las mayores reservas de litio del mundo.
El litio es un elemento químico de uso industrial, muy requerido para la batería de teléfonos celulares y de vehículos eléctricos. Es considerado “oro blanco” o el “nuevo petróleo” dada la relevancia estratégica que posee y la alta demanda que se prevé que tenga en esta década.
Bolivia tiene las mayores reservas de litio en el mundo con 21 millones de toneladas, sin embargo, muy poco se ha realizado para ponerlo en desarrollo. De acuerdo al informe de Torino Economics, dos de los
mayores desafíos que este país tiene para explotar este metal y diversificar sus ingresos son la brecha tecnológica y las condiciones estrictas que el gobierno quiere imponer a sus potenciales socios.
A esto se debe sumar el factor político que tensiona este país cada vez que se discute cómo y quién debe explotar el litio.
La consultora observa que si Bolivia quiere generar $us 4.500 millones anuales por la explotación del litio, tal como lo prometió el presidente Luis Arce, cuando aún era candidato, necesita una fuerte inversión
extranjera.
“Sería una oportunidad perdida si el país no aprovecha la existencia del ‘oro blanco’ en su territorio, y, por ende, pierda la chance de impulsar su economía”, señala el informe.
Recurrir a la inversión extranjera no es una tarea sencilla, son pocas las empresas que tienen la experiencia y el know how necesario para llevar adelante proyectos exitosos de explotación de litio y, según Torino
Economics, las mismas exigen “una alta rentabilidad” para que acepten trabajar en un determinado país.
Para la consultora, a diferencia de Argentina y Chile, los principales productores de litio en la región, Bolivia presenta condiciones más estrictas para asociarse con una empresa extranjera de alto nivel, ya que exige una posición mayoritaria en la asociación estratégica, demandando, además, que el socio garantice mercados para los productos elaborados.
Incluso Chile y Argentina, pese a tener un marco regulatorio más competitivo que Bolivia, también deben ser capaces de ofrecer mayores incentivos, tomando en cuenta que “hay países en Europa que han
ofrecido desde la exención del pago de impuestos hasta la financiación de gran parte de los proyectos”.
Para Torino Economics, es imperativo que Bolivia acceda a socios extranjeros estratégicos y supere la brecha tecnológica, ya que, si bien el producto de partida es la extracción del litio, “el paso siguiente es
su procesamiento para obtener químicos. De allí en adelante la cadena de producción para generar baterías se complica”.